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sábado, 15 de septiembre de 2012

Una víctima de “bullying” explica su sufrimiento para ayudar a otros jóvenes

 

La Universitat de Girona premia el trabajo de bachillerato de Carla sobre el acoso: "Cuanto más se humilla a una persona, más daño esta se deja hacer"

Una víctima de 'bullying' explica su sufrimiento para ayudar a otros jóvenes

 

Mano tendida. Carla Herrero, ayer en Barcelona, envía este mensaje a todos los chicos y chicas que están sufriendo bulliyng en silencio Ana Jiménez

Una víctima de 'bullying' explica su sufrimiento para ayudar a otros jóvenes

'El dolor silencioso'. Carla Herrero hizo un vídeo para acompañar su trabajo de bachillerato en el que une trozos de vídeos que ha encontrado en la red y que provienen de chicos de todo el mundo víctimas de acoso que explican su experiencia y, en muchos casos, la han superado. La misma Carla aparece en las imágenes.

 

Cristina Sen

Carla Herrero es también Silay Alkma. Hoy son la misma persona, una chica feliz de 17 años. Pero durante muchos años fueron dos. Carla, la niña, la adolescente que sufrió bullying durante ocho años, y Silay, la niña, la adolescente que escribía con metáforas sobre el dolor oscuro. Hasta que vieron de dónde venía el dolor, porque no lo sabían
"Me sentía inútil, creía que no era nadie, tenía angustia, desesperanza, depresión..., me humillaban psicológicamente, también físicamente, me convirtieron en su diversión". Lo explicaba ayer Carla, que, dice, ha perdonado y se ha perdonado a sí misma y que considera que haber sufrido es un don que ahora tiene -junto el de la alegría- para poder entender a las personas. Convirtió su historia en el trabajo de investigación de bachillerato y ha ganado el premio Consell Social en temáticas de juventud de la Universitat de Girona. Quiere compartir su experiencia y lo que ha estudiado sobre el tema para ayudar a los que están perdidos.
El bullying empezó cuando tenía ocho años en su colegio de Tordera (Barcelona). Era un poco gordita, dice, y enseguida se quedó sola, cada vez más sola. Entonces se fue encerrando en sí misma, no se atrevía a hablar, ni a mirar a los ojos de los demás. Ir al colegio era horrible, pero nunca dijo nada -sus padres se enteraron del bullying cuando publicó su trabajo y el vídeo que le acompaña-. Nadie se dio cuenta, ningún profesor, y ella sintió -recuerda- que no existía.
Pesaba tanto la soledad que a los once años hizo todo lo posible para integrarse en un grupo, y entonces empezó el acoso grupal sobre ella, orquestado por la líder y seguido a ciegas por las demás. En esta etapa de paso de la infancia y de la adolescencia, en el que se toma conciencia de la propia personalidad, Carla asegura que no sabía quién era, ni qué le gustaba, ni qué quería, pero no sabía por qué. "El grupo inicia una presión psicológica sutil que provoca una confusión a la víctima -escribe en su trabajo-. Este es el primer paso que permitirá la inhabilitación del pensamiento propio de forma gradual. Después, con comentarios sarcásticos se intenta situar a esta persona en una posición de inferioridad y a continuación se la sigue sometiendo a maniobras hostiles y degradantes que la convertirán en un simple objeto fácil de manipular".
Las chicas del grupo quedaban, recuerda, para orquestar cómo iban a humillarla. Y Carla vivía en un mundo cada vez más negro. Le pusieron todo tipo de etiquetas, se consideraba una nulidad escolar, una chica problemática... y cuanto más se humilla a una persona, dice, más daño se deja infligir. Y entonces se hacen cosas que no se deberían hacer, como un grito de desespero... Pero nadie escuchaba.
Por eso, para Carla lo más importante es romper el silencio con el que uno mismo se ha envuelto, y trata de hacerlo entender con su trabajo A la recerca de la pròpia identitat y especialmente con el vídeo El dolor silencioso. Romper, sobre todo, el miedo a expresarse y a expresar que uno, quizás, es diferente a los demás.
La protagonista de esta historia empezó a ver poco a poco que las cosas no cuadraban, que disfrutaba más hablando con otras personas que con las de su grupo hasta que un día, cuando se acababa la enseñanza secundaria, alguien le preguntó qué quería estudiar. Carla ni se lo había planteado, pensaba que como le decían que era inútil no podría hacer el bachillerato, y le llamó la atención no saber ni qué quería, ni cuáles eran sus habilidades. Pensó que sí que podía estudiar, y empezó a abrir los ojos.
Con el bachillerato llegó un cambio de centro educativo. Podía empezar de nuevo, nadie la conocía. Empezó a hablar, la relación con los compañeros fue buena y se dio cuenta de lo que le había pasado, de que nadie antes le había explicado lo que era la palabra amistad. Pensaba que en su grupo estaban sus amigas.
"Soy el objeto que alguien olvidó. Soy el títere de unas brujas amargadas", ha escrito Silay en su diario recordando los años de bullying. El trabajo del instituto le sirvió para estudiar científicamente el acoso escolar y hoy Silay Alkma es el seudónimo literario de Carla Herrero, una persona que dice que se siente en paz y que quiere enviar mensajes positivos, de ánimo y de superación, en los muchos circuitos en la red que hablan de ello y en los que expresan su dolor los adolescentes. Hacerlo con su experiencia personal, cercana y de chica joven, y no ex cátedra. El problema existe, pero parece, opina, que se conlleva, que se deja pasar, y que son pocos los profesores que se preocupan cuando, recuerda, puede acabar en suicidio.
Los padres de Carla se enteraron al ver el vídeo. Nunca les dijo nada, era una niña cerrada que no dejaba que se acercasen y, muchas veces sonreía. "Sí, muchos sonreímos para ocultar nuestro dolor", dice. "Conozco las lágrimas, la soledad, las humillaciones, la bipolaridad, la psicosis...", ha escrito Silay al recordar el dolor, pero hoy ha dicho adiós a la soledad - "¿dónde andas? No me busques"-. A raíz de la difusión de su trabajo y del vídeo, muchos chicos y chicas se han puesto en contacto con ella y han ido a verla para charlar. Carla empezará la semana que viene la carrera de Psicología en la Universitat de Girona.

 

Fuente:

http://www.lavanguardia.com/

Leer más: http://www.lavanguardia.com/vida/20120915/54350426598/vicitma-bullying-sufrimiento-ayudar-jovenes-acoso-escolar.html#ixzz26WgMuFpp

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