Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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ACOSO ESCOLAR E INSTITUCIONAL (Pincha en la imagen)

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿Qué te han hecho, hijo?

 

Fermín Apezteguia


Un juzgado de Madrid ha condenado a un colegio a pagar la indemnización más alta dictada en España a un niño que sufrió de manera reiterada una situación de acoso escolar. En total, 40.000 euros de mierda. Un dinero que representa la victoria moral de la justicia, pero que no sirve para compensar el profundo daño físico y psíquico causado en la víctima. Sus compañeros –es un decir– le llamaban de todo: cabrón, maricón, hijo-de-puta; le robaban sistemáticamente, le aislaban, amenazaban a quien se acercara a él con hacerle lo mismo. «Más allá de que le clavaran lapiceros o le rompieran la chaqueta, el daño más grave que se le ha infligido al menor es el estrés postraumático que desencadena algo así, que puede generar secuelas imborrables», comentó ayer el psicólogo, Iñaki PiñuelEl Instituto de Innovación y Desarrollo Directivo (IIEDDI) entrevistó en 2007 a más de 25.000 alumnos de toda España, con edades comprendidas entre los 7 y 18 años, para evaluar el alcance del ‘mobbing’ escolar. Querían saber hasta dónde llegaba el asunto y qué consecuencias tenía para la salud. El informe ‘Cisneros X’, que es así como se llama el trabajo, arrojó datos concluyentes sobre la realidad que se vive en las aulas de nuestros hijos. Más de la mitad de los niños víctimas del matonismo y la violencia psicológica sufre estrés postraumático –«la herida invisible del acoso», como la denomina Piñuel–, y también depresión, disminución de la autoestima y somatizaciones. Además, tienen de sí mismos una imagen negativa. El 40%, aproximadamente, presentaba signos de ansiedad, una idea recurrente del suicidio y lo que los especialistas llaman ‘flashbacks’, imágenes y recuerdos que vienen, van y le torturan a uno. Lo peor de todo es que casi uno de cada cuatro chavales es víctima del acoso escolar al menos una vez en la vida. ¿Les parece exagerado? Pues los resultados del trabajo coinciden con otro similar hecho poco antes en España por la OMS . Esta vez ha ocurrido en Madrid, pero pasa todos los días en todos los centros de España. Seglares y religiosos, públicos y privados. «La violencia en las aulas es una realidad en todos y cada uno de los centros; y lo peor de todo es que las instituciones educativas lo están negando», advirtió ayer Araceli Oñate, directora de IIEDDI y responsable del informe ‘Cisneros X’. En el caso de Madrid, al final, los padres tuvieron que sacar a su hijo del centro, a mitad de curso. Casi siempre ocurre así. La víctima, víctima por partida doble. Euskadi no escapa a esta realidad. Junto con Andalucía y Navarra figura entre las tres autonomías donde los escolares sufren más acoso escolar. Los departamentos de Educación y Sanidad del Gobierno vasco deberían tomar nota y aplicarse. ¿Se acuerdan de Jokin? Era un chico de Hondarribia.


Comentarios

  • Con 52 tacos recuerdo que la represión, el castigo, abuso de autoridad, aislamiento, pellizcos, bofetadas, estiramiento de orejas y patillas...venia siempre de la "autoridad". La posición de dominio del profesorado al evaluar a los jóvenes predispone a ello. El sistema se impone a martillazos en los niños. Que aprendan quién manda,,,,
  • Como madre de dos hijos que creo que son y seguirán siendo respetuosos y pacíficos, he pensado alguna vez qué es lo que yo puedo aportar a este problema. Y creo que es enseñar a mis hijos a no ser complacientes con el matonismo. Se sabe que el bullying se detiene muy a menudo si los espectadores intervienen para cortarlo, en lugar de ser cómplices silenciosos, o incluso ayudantes. Y desde luego que si ellos fueran las víctimas del acoso exigiría al centro educativo que los protegiera, creo que es su obligación porque he delegado en ellos su cuidado mientras están ahí sin su familia, expuestos a veces a personas que fuera del centro jamás frecuentarían. Y además, recordemóslo, obligados, porque la educación es obligatoria y no pueden quedarse en casa.
    Así que pienso que los padres no podemos eludir nuestra responsabilidad, pero los docentes tampoco.
    De las familias de los agresores la verdad espero poco, porque salvo algunas excepciones normalmente las conductas violentas se aprenden en casa.

 

Fuente:

http://blogs.elcorreo.com/pasamos-consulta/2011/04/07/que-te-han-hecho-hijo/

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